Un estilo de vida con #Emociones
Antes de tener hijos somos los únicos protagonistas de nuestras vidas. Se ha pasado una niñez, una adolescencia, una juventud y lo que paso en cada una de esas épocas tanto negativo como positivo queda arraigado como una maleta en nuestra espalda. Nadie quiere dejarlo a un lado pues es lo que se había vivido y se ha aprendido y está bien.
Al comenzar el reto de ser mamá durante los primeros meses en donde estar cerca de esos seres humanos en miniatura es todo una fantasía, en donde se pasan las horas solo viendo la perfección en ellos, en donde la comunicación no necesita palabras. Pasan los meses y el nuevo protagonista de la historia quien viene como una plastilina sin moldear comienza a necesitar una serie de cosas que en el nuevo rol de mamás no tenemos. El miedo o las ganas de hacer una versión mejorada de ese nuevo ser nos permite como mamás decidir hacer un punto y aparte en la vida. Un antes y un después.
Las mamás creamos seres humanos, creamos almas que necesitan ser formadas de la mejor forma posible, es nuestra responsabilidad y ser asumida con todo lo que con lleva es una decisión. Eso incluye sacar lo negativo que se viene cargando en la espalda durante años porque eso es lo que hemos vivido, aprendido o percibido.
Una vez asumida la responsabilidad no hay tiempo para perder pues decidimos ser responsables por los seres que creamos. Ahora el tiempo se sumerge en la construcción de un estilo de vida que les dé a los hijos lo que necesitan. Un estilo de vida con emociones en donde ellos sean los protagonistas de la historia, en donde ellos sean los líderes de la historia, en donde ellos sean tomados en cuenta porque son importantes sus opiniones, un estilo de vida en donde la culpabilidad por lo que hicieron o no hicieron podemos cambiarla diciendo “la próxima vez lo harás mejor” un estilo de vida en donde si están cansados por un dia largo les podamos decir” yo también estoy cansada, vamos hacer esto juntos”. Un estilo de vida en donde podamos explicarles el porqué de las cosas y no un así es y punto. Un estilo de vida en donde como papas y mamas les contemos nuestras propias historias o la nuestros abuelos, no para que las repitan sino para crear compasión en ellos, un estilo de vida en donde la palabra castigo sea transformada por “ vamos a hablar y ver qué podemos hacer para mejorar eso”, un estilo de vida en donde todos los días se despierten y se acuesten con un abrazo y un te quiero, un estilo de vida en donde se sientan tan conectados con nosotros como papás y mamás que ellos puedan acercarse a contarnos sus preocupaciones, un estilo de vida en donde les guste estar en su casa porque es el lugar donde se sienten protegidos, un ambiente sano en donde las discusiones se resuelven hablando, un estilo de vida en donde podamos ponernos en los zapatos de ellos y sentir lo que ellos sienten,un estilo de vida en donde antes de irse a dormir sus caras están felices y sus corazones llenos de amor después de hacer una oración de agradecimiento por lo que hay y por lo que no hay, un estilo de vida en donde la familia se entienda y no exista el bulli entre hermanos, hijos, esposos, un estilo de vida en donde no se juzga por el simple hecho que todos tenemos una propia batalla interna, un estilo de vida en donde las emociones sean tomadas en cuenta porque los niños no vienen con instrucciones pero si con emociones. Tener en cuenta las emociones en nuestros hijos es sinónimo de hacer algo diferente a lo que hacían las generaciones pasadas, es cambiar la historia y mejorarla.
Los invito a compartir este artículo y a lograr juntos un estilo de vida diferente en donde las nuevas generaciones que hasta ahora se están formando puedan hacer de sus emociones su fuerte en la época de adultez. BH
Abrazos
